Con el apogeo de los metroidvania, me vi envuelto en una extraña cruzada por jugar todos los que se me me pusieran delante. Hollow Knight fue el principal culpable de esto. Probé varios títulos que implementaron sus propios toques para intentar diferenciarse del resto, y dentro de todo fueron experiencias placenteras. Sin embargo, al final del día, seguían siendo metroidvanias. Y como suele suceder, al consumir «en masa» propuestas de un mismo género, hizo que me sienta un poco «atragantado». Pasado un tiempo desde el último que he jugado, me topé con 9 Years of Shadows. Me llamó muchísimo la atención por su estética puesto que me recordó un poco a los animes de mi infancia. Es un juego que se ve como una extraña mezcla entre Caballeros del Zodiaco y Sailor Moon, lo cual fue motivo suficiente para tener tremendas ganas de jugarlo.
9 Years of Shadows es un metroidvania desarrollado por Halberd Studios, un estudio independiente radicado en México. El título nos pone en el papel de Europa, una joven guerrera que deberá luchar contra una maldición que se propagó súbitamente, despojando a la realidad de sus vibrantes colores. Esa fatídica noche, que ocasionó que el mundo quede sumergido en las sombras por nueve años consecutivos, cambió la vida de la protagonista para siempre, debido a que sus padres fueron víctimas fatales de esta maldad. Decidida a poner fin a esta situación, nuestra heroína junto a su fantasmal compañero Apino, y a un repertorio de poderosas armaduras elementales, se adentrará en el castillo de Talos, lugar donde -según cuentan los rumores- fue donde se inició la «plaga» que le arrebató todo.
Tomando control de Europa, comenzaremos a deambular por los misteriosos corredores de la fortaleza mientras abatimos enemigos y aprendemos algunas mecánicas. Por el camino, nos toparemos con un enorme enemigo que demuestra tener un poder abismal. Este ser atacará de manera incesante a la protagonista quien sucumbirá sin poder hacer demasiado al respecto. Como resultado, pierde no solo el encuentro, sino también el conocimiento. De hecho, sobrevive a duras penas. La batalla deja en claro a que clase de castillo hemos arribado.
Luego de este evento, donde Europa se lamenta por su falta de fortaleza, entra en escena una peculiar criatura. Estoy hablando de Apino, un fantasma cuya apariencia es semejante a la de un oso de peluche, quien será clave para el progreso de la trama. El encuentro entre ambos personajes provoca que el color regrese a las inmediaciones, dejando ver un rayo de esperanza que emerge entre las sombras que los rodean. Con un renovado fervor y un objetivo aún más claro, tendremos que adentrarnos cada vez más en las profundidades del castillo de Talos. Es una trama que se cuenta en pequeñas partes y que, si bien he visto antes, se presta para el disfrute. Quedé muy satisfecho, en especial porque tiene un lindo giro y un bello final.
En lo que respecta a jugabilidad, además de recorrer pasillos del castillo y de combatir contra sus habitantes, también tendremos que resolver puzzles y adquirir nuevas habilidades de exploración. Como es costumbre en el género, algunos caminos serán inaccesibles al inicio, por lo que habrá que regresar a ellos más adelante. Concretamente cuando consigamos los medios para avanzar, como por ejemplo el mítico doble salto. Sin embargo, hay algunos toques únicos del juego, como que las armaduras están asociadas a distintos elementos.
Por ejemplo, «La gracia de Zeús» otorga el elemento eléctrico con el que podemos causar daño adicional a los enemigos que tengan un aura de agua, además de poder activar interruptores eléctricos. Por otro lado, la armadura de Poseidón nos permite nadar y sumergirnos en zonas acuáticas, a la vez que aumenta la defensa contra enemigos de fuego. Cada armadura tiene su propia función y animaciones de ataque. Hay cuatro en total, lo cual se traduce en que tendremos un poco de variedad en nuestra travesía. Cabe destacar que todas pueden ser mejoradas gracias a un herrero que encontraremos en varios puntos del castillo.
El combate en sí es bastante simple. Podemos saltar y esquivar hacia atrás además de poder atacar tanto hacia arriba como agachados. Los controles del juego también son sencillos y fáciles de entender. En mi caso lo jugué con teclado y mouse sin ningún problema. No obstante, cuando adquirí una habilidad que se activa presionando la «S» y la barra de espacio simultáneamente, decidí cambiar al joystick. Esto más que nada porque me resultó un poco complicado presionar ambas teclas en medio del ajetreo. Si bien sé que es lo usual jugar con un mando, no quería dejar de mencionar este detalle. Es solo para que lo tengan en cuenta aquellos a los que les gusta jugar con el teclado, como a mi.
Además de lo mencionado, también contamos con las habilidades únicas de Apino, nuestro peludo acompañante. Este curioso ser fantasmal otorga el poder de disparar proyectiles a los enemigos o a interruptores, consumiendo parte de una «barra de luz celeste» que también nos protege del daño. Esta barra se irá consumiendo con cada disparo o cuando seamos atacados, pero podemos recuperarla parcialmente al abrazar a nuestro compañero por unos segundos. Eventualmente, durante el transcurso de la aventura conseguiremos la habilidad de renovar esta energía por completo. Para ello habrá que presionar un botón en el momento correcto, como si de un «quicktime event” se tratara. Si fallamos no pasa nada y tendremos que recurrir a los abrazos, lo cual tampoco está tan mal.
Los poderes de Apino también podrán evolucionar gracias a una serie de reliquias que podremos encontrar explorando los entornos. Además, tanto él como Europa recibirán mejoras a la barra de luz en cuanto conozcamos a los enigmáticos compositores: una banda de músicos desperdigados por el castillo. Algunos de ellos deberán ser rescatados y nos darán misiones secundarias para luego recompensarnos. Este simpático grupo siempre se encontrará en el teatro, una locación que podremos visitar en varias zonas del juego, donde también se encuentra el herrero.
Hay varias reliquias de habilidades, movimientos y secretos que descubrir. Sin embargo, lo más importante son las notas musicales y los fragmentos de armadura, ya que son necesarios para que tanto los músicos como el forjador nos presten sus servicios. En mi experiencia puedo asegurar que son muy necesarios, debido a que marcan una diferencia sustancial. Especialmente a la hora de luchar contra los jefes que residen en Talos, los cuales son bastante peculiares y peligrosos. Cada uno cuenta con sus propias mecánicas y se encuentran en estancias donde tienen la ventaja contra nosotros. Este apartado es -sin lugar a dudas- el punto más fuerte del juego. Una buena jugabilidad es muy importante en este género. Y en este aspecto, 9 Years of Shadows cumple con creces, ofreciendo un combate fluido y una muy buena respuesta en los controles.
En lo artístico, 9 Years of Shadows también es hermoso. Desde los entornos en pixel art, hasta el arte más tradicional plasmado de manera digital en los retratos y algunas cinemáticas. El diseño de personajes me parece fenomenal, tanto el de Europa, como los músicos y otros NPC’s. Simplemente muy bellos y se notan mucho las influencias a los animes que mencioné al inicio. El ambiente en general del castillo está muy bien logrado, puesto que las distintas zonas que lo componen tiene sus propios toques que las diferencian del resto. Por ejemplo, hay cuartos donde podemos ver el calor plasmado en colores, o corredores donde predomina una niebla venenosa. Los enemigos también están bien detallados, desde los más comunes hasta los jefes. Y podemos apreciarlos en profundidad gracias a un simple bestiario, siempre y cuando hayamos derrotado al menos uno de ellos.
La banda sonora tampoco se queda atrás, contando con diversas melodías acorde a las zonas o momentos en los que nos encontremos. Aquí no esperaba menos, ya que Halberd Studios contó con la colaboración de Michiru Yamane (Castlevania: Symphony of the Night), Manami Matsumae (Mega Man) y Norihiko Hibino (Metal Gear Solid 2: Sons of Liberty). La música en sí es parte de la temática del juego y la verdad es que me pareció un lindo y curioso detalle. Hasta la manera de guardar es sentándonos en un piano y tocando una breve canción. Ambos apartados en conjunto, me dejaron una más que grata impresión. Puedo percibir que se puso un gran esfuerzo puesto en ellos, y son un aspecto que considero que ayudan a armonizar muy bien el ambiente del juego en general. Hermoso, sin más que decir.
En conclusión, 9 Years of Shadows es un bello metroidvania, tanto por su historia, el desarrollo de la protagonista a lo largo de la aventura y por sus cuidados apartados artísticos. Cuenta con una trama interesante que se desarrolla de forma muy fluida, un combate movido y divertido, y una dificultad desafiante. Debo mencionar que me hubiese gustado un sistema de guardado automático luego de vencer a los jefes. Especialmente porque tuve algún que otro «crash» durante las pantallas de carga y me resultó molesto tener que repetir estos combates. Pero esto es lo único que tengo para criticarle al trabajo de Halberd Studios, la verdad. Sin lugar a dudas una muy linda experiencia altamente recomendable para cualquier fanático del género. Les aseguro que no se van a arrepentir.
Sobre David Cedres
Fanático del anime, la ciencia ficción y por supuesto los videojuegos, de preferencia indies.
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